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miércoles, 20 de julio de 2011

LA PROXIMA VEZ. EL PRIMER DIA. MARC LEVY

Bueno, pues para ser generosa con Marc Levy, tras leerme el libro Las cosas que no nos dijimos del que ya expuse mi parecer, he decidido leerme un par de novelas más del galo para ser más honesta en cuanto a su valoración como escritor, así que aquí queda mi opinión.
Primero haré un breve resumen de la sinopsis.
El primero (el segundo, en realidad) fue La próxima vez.

Escrito en 2004 trata sobre un crítico de arte llamado Jonathan Gardner especialista en la obra del autor ruso Vladimir Radskin. Cuando apenas falta un mes para su boda, su mejor amigo Peter, recibe el aviso de que cinco de las obras de Radskin van a ser puestas a la venta en Londres. Peter, deseoso de tener un éxito en una subasta, decide ir hasta allí para hacerse con el lote y llevarlo a Estados
Unidos para subastarlos por todo lo alto. Para ello necesitará la ayuda de un especialista, así que Jonathan le acompaña aunque no sólo por el mero hecho de ayudar a su amigo. Cuenta la leyenda que el autor ruso pintó un último cuadro justo antes de morir del que se perdió la vista y donde su técnica se mostraba en todo su esplendor y Jonathan sospecha que, ese quinto cuadro pueda ser la obra perdida.
Al llegar a Londres encuentran a Clara, la dueña de la galería de arte y, desde un principio parece haber una conexión entre ella y Jonathan. Los cuadros llegan a la galería de uno en uno y todos esperan ansiosos para ver si el último será la esperada obra. Mientras, la atracción entre Jonathan y Clara se irá haciendo más y más fuerte, especialmente porque, cualquier leve contacto entre ellos, desemboca en unos recuerdos absolutamente nítidos y reales de vidas pasadas en la época cuando vivió el autor ruso.

Bueno, hasta aquí puedo leer...
Y es que si sigo, desvelo el misterio, porque de eso se trata.
En esta novela, Levy mezcla una historia de amor, pero de amor amor, de ese verdadero y del que dura por los siglos de los siglos, contra viento y marea, para toda la eternidad, forever and ever....No sé si me explico...Pero también hay el misterio del último cuadro del pintor ruso y de qué se esconde en él, así como también de las extrañas visiones que tienen los dos protagonistas.

Tengo que decir que, la novela me fue enganchando poco a poco (a mi que me gustan los misterios) pero, la verdad es que el final me decepcionó bastante. No sé, creo que se crea un clima lo suficientemente misterioso como para que el final hubiera sido más emocionante y más, como decirlo, más innovador o, también, menos esotérico. Bueno, sólo decir que si queréis leerlo, os doy luz amarilla, es decir, vale, pero precaución que lo mismo os lleváis un chasco.

El segundo de los libros se titula El primer día.
  Escrito en 2009 esta vez los protagonistas son un astrofísico (Adrian) y una arqueóloga (Keira). Keira se encuentra en Etiopía realizando excavaciones en la búsqueda del primer homínido y Adrian está en Chile construyendo unas antenas telescópicas con las que explorar el univeso y, así buscar dónde comienza el alba. Ambos fueron amantes en su juventud, pero sus carreras les separaron. Tras varios años, un misterioso medallón que Keira obtiene en Etiopía les volverá a unir para intentar desvelar el misterio que esconde. Tras ellos, un grupo de "agentes" de diferenes países, intentan seguirles para ver hasta dónde desembocan sus descubrimientos. De París a Londres, de Londres a África, Alemania, Madrid, China, Birmania... el libro nos lleva cada capítulo a una ciudad donde los protagonistas van siguiendo las diferentes pistas para reunir los otros fragmentos que, junto con el medallón, harán una carta celeste de más de cuatrocientos millones de antigüedad.



Ahora opino. Pues, como podéis observar, la sinopsis es bastante llamativa. Por un lado, está la historia de amor (del verdadero, del puro, del de para siempre...esto ya lo he dicho... del amor marcleviniano, vaya) que está bien, se conocían de su juventud, se separan con un sabor agridulce y, el tiempo los vuelve a reunir, esta vez para siempre. Sí, chulo, bonito y cuco, como tiene que ser.
Luego está la historia del colgante. Esta es más flipante. Un medallón de hace siglos y siglos, de antes que el hombre fuera hombre y que representa con toda exactitud la bóveda celeste. ¿Quién la hizo, con qué fin, qué representa, para qué sirve? Se presentan toda una serie de preguntas que hacen que estés deseoso de ver el final. Luego, el tema de los "espías" que ya, años antes, encontraron otro fragmento igual al del colgante pero decidieron no seguir buscando por miedo a lo que podían encontrar. Treinta años después, la mayoría decide esta vez averiguarlo, a pesar de que no todos están de acuerdo, deciden ser parte de la historia que rebelará la unión de los extraños fragmentos, a pesar de que saben que ello alterará el devenir del mundo entero.
Pues bien, a todo esto... Nada, de nada. Cero absoluto. Que nada, eso digo, que el autor no rebela nada...Es decir, que te monta una historia de lo más intrigante para, en realidad, acabarte explicando una historia de amor de lo más normalita y, de lo interesante, de lo que para qué era el colgante, por qué, quién y qué cambiará, nada de nada de la más triste y vacía nothing.
Y no espereis segunda parte, no, que lo que hace Levy es dejar que el protagonista continue sus pesquisas pero a ti te deja fuera, para que tú no te enteres de lo que averigüe.
Ainnnnnxxx Levy de mis amores, pero cómo eres tan malo maloso!
En fin, que sí, que si queréis leerlo vaaaaale pero luego no digáis que no os avisé.


Conclusión

el romanticón
Pues, lo primero  es que voy a descansar del Levy porque desagradarme no es que me desagrade no, pero gustarme... pues tampoco. Todo y que sinceramente me parece que tiene fragmentos muy notorios y frases muy contundentes y bellas, lo que creo es que el autor es un gran artífice de crear historias pero no de crear finales.  Me explico: puedes tener una gran historia, saber que pasará esto o aquello, pero, luego, el desenlace, que lo es todo, puede tirarte todo tu castillo de naipes de una pasada. Y eso le pasa al autor. Crea buenas historias siempre, eso sí, para excusar el contar la misma, la historia de amor verdadero que se separa pero siempre vuelve, pero luego no veo que les sepa dar un buen final y, creedme, es una pena.
Para mi gusto, supongo que representa a una serie de escritores que conectan mucho con una nueva generación de literatas (soy consciente del empleo del femenino) que, teniéndose en más alta valía que para leer historias de Corin Tellado o Barbara Wood (con todos mis respetos) tienen en Marc Lévy su excusa romántica del momento.
Gracias Levy en nombre de todas ellas.

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