Páginas

viernes, 6 de enero de 2017

Siempre

Has encendido tan de golpe mis deseos de amar, de compartir, de reír y de tocar que, ahora que te has ido, no sé qué hacer con todo este amor que se escapa por cada esquina de mi ser. Y, el problema no es que no haya nadie más a quién dárselo, no es que no conozca, que no tenga amistades, grandes y pequeñas, que mis hijos no lo merezcan o que no pueda regalármelo a mi misma. El problema es que no deseo dárselo a nadie más que no seas tú. Y es un acto egoísta, lo sé, pero cuando te dejé entrar en mi vida, de esa forma tan abrupta que tuve que golpear hasta el último de mis cimientos para hacerte encajar, en ese momento, me di de tal manera que ahora, por mucho que intento recoger mis trozos y recomponerlos, por mucho que miro con optimismo al futuro, por mucho que sé que lo correcto es agradecer y dejar ir, todo mi cuerpo, toda mi alma reclama tu presencia para seguir dándote el último de mis suspiros. Pero hoy, caen en el vacío, esa gran e inmensa nada que has dejado al irte así, de repente, tal y como llegaste. Y siento ganas de gritar, de llorar y de desgarrar mi piel porque ahora no me escuchas, porque no me hablas, porque no me tocas. He intentado odiarte, porque aunque sé que es el camino largo para dejar de quererte aún así me resulta más fácil que este amarte en la ausencia. Pero, aunque lo consigo a ratos, en seguida sonrío en tus recuerdos y caigo de nuevo en la desesperación. Maldigo y bendigo por igual el día que entraste en mi vida. Maldigo y bendigo igual el día en que me di por entera a ti a pesar de que sabía que el dolor me arrasaría tarde o temprano. Pero deseo tanto, tanto volver a verte, a tocarte, a olerte, a besarte y sentirte...que no sé que hacer con todo este amor que liberaste en mí, que gotea para caer en tierra árida y cuyo caudal parece que no tenga fin. Pido a dios que un día vuelvas y también le pido que desaparezcas de mi de una vez. Porque, mientras, la espera se hace tan y tan larga, que no sé cómo seguir viviendo ahora que no estás. 
Siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario